Sierra Norte de Madrid
La Sierra Norte es una comarca situada en el extremo septentrional de la provincia de Madrid, con una extensión en torno a los 1261 km2.
Es fundamentalmente un paisaje de sierra compuesto por rocas duras silíceas (granitos, gneises, pizarras) y con afloramientos calizos en el Valle alto del Lozoya y en el extremo sur de la comarca. La zona sur de la comarca incluye varios municipios de la Campiña, localizados en la vega del Jarama. En general ha predominado el uso ganadero, compatibilizándolo con el uso forestal y agrícola, exceptuando la Campiña, en la cual había y hay mayor desarrollo agrícola.
Fuentes consultadas
Fernández Montes, M. (1990). Cultura tradicional en la comarca de Buitrago. Colección científico-técnica. Patronato Madrileño de Áreas de Montaña. Madrid.
Díaz Pineda, A. (2007). Tramas del paisaje en territorios de montaña. Catedrático de Ecología UCM. VI Jornadas científicas del Parque Natural de Peñalara.
Aceituno Mata, L. (2010). Estudio etnobotánico y agroecológico en la Sierra Norte de Madrid. Tesis doctoral.
Grijalbo Cervantes, J. (2017) Flora de Madrid. Autoedición.
La percepción de nuestro paisaje con los cinco sentidos.
Cada población en el mundo se adapta a las posibilidades de su tierra surgiendo una cultura vinculada a ella.
Las montañas son uno de los escasos ambientes naturales en Europa occidental donde permanecen los ecosistemas y paisajes mejor conservados en la actualidad. Existen 2 factores determinantes: Menor accesibilidad y compleja orografía.
La diversidad es consecuencia de la variedad litológica y el nivel altitudinal, además de la fragmentación ecológica generada por la actividad humana.
Cuanto mayor es la diversidad de hábitat, mayor es la oportunidad para que se instalen plantas distintas y aumente la riqueza florística de la zona. Igualmente, a ambientes más complejos y conectados por corredores ecológicos, tendremos mayor riqueza faunística.
Una parte de la población de la Sierra Norte sigue dedicada a la agricultura, ganadería y sector forestal, ya sea a tiempo completo o parcial. La tradicional forma de explotación ha generado un paisaje fragmentado dónde perviven lugares importantes para la flora y la fauna: dehesas boyales, setos, muros de piedra, manantiales, abrevaderos, linderos…funcionan como refugio y pueden ser también focos de dispersión de los seres vivos.
La estacionalidad es un condicionante clave en la dinámica espacial de muchas especies biológicas con ciclos vitales adaptados al ambiente de cada momento, variables según la altitud y topografía. El manejo del ganado y la explotación de los recursos forestales han tenido que adaptarse a este ciclo anual y se ha desarrollado una cultura silvo-pastoril que representa un patrimonio de gran valor.
LA CONSERVACIÓN DE LAS MONTAÑAS Y EL MANTENIMIENTO DE SU CULTURA SILVO-PASTORIL ligada a la sostenibilidad, deben formar parte de un mismo OBJETIVO.
La explotación silvícola del monte no debe ser abusiva. La ganadería (mayoritariamente de vacuno) aprovecha los pastos de montaña como alimento de abril a noviembre (en líneas generales), mediante pastoreo directo. El resto del año se encuentra en zonas cercanas a los pueblos, alimentándose de una mezcla de forraje obtenido en los prados de siega, pienso y algo que pueda comer del escaso pasto invernal.
El ganado lanar y caprino ha disminuido bastante respecto a la cabaña ganadera que hubo hasta el siglo XX. Afortunadamente hay algunos rebaños de ovejas y cabras en régimen extensivo. Estos rebaños son pastoreados y están trabajando con perros mastines como sistema de defensa, dado que es una zona de convivencia con lobo y a veces también sufren ataques de perros asilvestrados.
Un buen manejo de la ganadería en extensivo, lleva asociada una rica vegetación pratense.
De Raíz trabaja para que la percepción de paisaje preste atención a los fenómenos físicos y a los procesos ecológicos que se producen en él. La educación para el uso del paisaje y su conservación requiere emplear todos los sentidos.
Medio físico
OROGRAFÍA Y GEOLOGÍA:
La Sierra se encuentra entre los 750-2400 m de altitud, siendo la mayor altitud el pico Peñalara con 2.428 m. Las zonas de Campiña y Vega, se hallan entre los 600 y los 750 m.
La Sierra Norte comprende parte de las sierras de Guadarrama, Somosierra y Ayllón, dentro de la provincia de Madrid. De la Sierra de Guadarrama, gnéisica y granítica, contiene la parte comprendida entre los 2 ramales en que se bifurca desde el Puerto de Cotos al Este:
Al Norte, los Montes Carpetanos, límite con Segovia hasta el Puerto de Somosierra (dónde comienza el macizo del mismo nombre), de gneises.
Al Sur, la Cuerda Larga y parameras de la Morcuera, más la totalidad de sierrecillas que continúan la misma hacía el Este: sierras de Bustarviejo-Canencia, Sierra de La Cabrera…
Al Sureste del macizo de Somosierra, se encuentran las estribaciones de la Sierra de Ayllón, presentes en la provincia de Madrid: los relieves de pizarras y cuarcitas que delimitan los municipios de La Hiruela, La Puebla, el Atazar y el norte de Patones fundamentalmente.
Además podemos distinguir:
- Algunos cerros aislados: El Espartal, Cachiporrilla, Cabeza Mediana
- Laderas de sierra, rampas y depresiones, por ej Buitrago y el corredor de Prádena-Montejo.
- Valles interiores: Valle alto del Lozoya y el valle de la Puebla
La campiña y la vega se forman por el arrastre y depósito de los materiales erosionados de la sierra, rellenando la fosa de Madrid, en el sureste de la comarca.
Entre la sierra y la campiña, se sitúa el piedemonte que pone en contacto los bloques metamórficos elevados con la llanura sedimentaria.
La presencia de las montañas en la comarca genera variaciones climáticas relacionadas con la altitud. A mayor altitud:
- Aumentan las precipitaciones
- Aumenta la intensidad de viento
- Aumenta la cobertura y permanencia de la nieve
- Disminuye la temperatura (A razón de 0,6ºC menos por cada 100 m más de altura), se acorta el período de actividad del suelo y vegetativo de las plantas.
Lo cual también origina diversidad de ambientes en función de la orografía.
CLIMA:
Clima mediterráneo, condicionado a su vez por una fuerte continentalidad y por la altitud de la sierra, con variaciones en función de la altura y de la orientación (solana, umbría). Encontramos, un clima frío y húmedo en las cumbres, con precipitaciones mayores de 1000 mm anuales. En los valles, es fresco y subhúmedo, decreciendo las lluvias hasta llegar a los 600 mm en la campiña. El carácter continental, acentúa el contraste térmico diario y estacional además de la sequía estival.
Estas características climáticas generales están sufriendo variaciones en los últimos años, con inviernos menos fríos y lluviosos, pero con cambios de temperatura más bruscos. En las montañas permanece la nieve menos tiempo en los altos y los inviernos se han suavizado, lo que hace que algunas especies asciendan en las laderas de montaña como:
- Helecho común (Pteridium aquilinum)
- Retama blanca (Genista florida)
- Pino albar (Pinus sylvestris).
Las montañas de la comarca canalizan los vientos ábregos, procedentes del suroeste que cargados de humedad reparten lluvias por toda la comunidad de Madrid. Actúan de barrera de cara a los vientos procedentes del norte y noroeste que dejan nieve en la vertiente septentrional de la sierra y lluvias en la meseta norte.
HIDROGRAFÍA:
El río Lozoya, que nace en el Alto de Guarramillas y en su inicio recibe el nombre de arroyo de la Angostura, y en su tramo alto, recoge aguas de las laderas de Peñalara recorre la comarca de oeste a este, siendo tributario del río Jarama en las cercanías de Patones.
El río Jarama nace en las laderas del Pico Cebollera Vieja y en su tramo alto, es la frontera natural entre las provincias de Guadalajara y Madrid; posteriormente discurre por Guadalajara y no vuelve a aparecer en la comarca hasta las zonas calizas de la campiña, donde vuelve a ser frontera natural entre las provincias citadas anteriormente.
Ambos ríos pertenecen a la cuenca del Tajo.
El río Duratón, perteneciente a la cuenca del Duero, nace en Somosierra, en las laderas de la Cebollera Vieja, dónde forma la cascada de los Litueros y pronto se adentra en Segovia.
Vegetación
La variación del clima con altitud provoca la que la vegetación cambie en franjas altitudinales, los llamados pisos de vegetación. En la Sierra de Guadarrama se diferencian, de zonas bajas a las superiores:
- los bosques de encina (perennifolio esclerófilo) o piso mesomediterráneo.
- los de roble rebollo (caducifolio) o piso supramediterráneo.
- los pinares (aciculifolios) y piornales o piso oromediterráneo.
- los pastos de altura o piso crioromediterráneo.
Piso de la encina o mesomediterráneo, de (0)600-1000 (1400)
Es el piso dominante por gran parte de la Península Ibérica mediterránea (aunque en zonas costeras del levante y sur se ha diferenciado un piso termomediterráneo). Presenta especies que podemos ver desde las zonas bajas de estas montañas hasta zonas costeras de Huelva o levante: encinares, jarales o romerales, espartales…
VEGETACIÓN MESOMEDITERRANEA | Bosque |
Sustrato calizo | • Encinares con aladierno, espino negro, almendro silvestre o allozo. • Quejigares (umbrías) |
Sustrato silíceo | • Encinares con enebro de la miera • Alcornocales (solanas) • Quejigares (umbrías) |
De ribera | • Fresnedas • Alisedas • Alamedas de álamo blanco (Populus alba) |
Piso del roble rebollo o supramediterráneo, de (1000)1200 a 1700
Es la vegetación más característica de las sierras de Madrid, rica la zona silícea en especies propias del cuadrante NO de la península (endemismos carpetanos: codeso, retama hiniesta) y elementos eurosiberianos (abedules, roble albar, tejo, avellano…). El rebollo es ibero-magrebí penetrando en Francia por el oeste.
VEGETACIÓN SUPRAMEDITERRANEA | Bosque |
Sustrato calizo (poca presencia) | • Quejigares |
Sustrato silíceo | • Robledales de rebollo • Sabinares • Acebedas (umbrías) • Pinares pino silvestre con helecho en umbría. |
De ribera | • Alamedas de temblón o pobo, abedulares, saucedas negras |
Piso del pino silvestre y el piorno (orosubmediterránea), de (1500)1700-2100.
Vegetación más similar a la de las montañas europeas, con flora eurosiberiana (pino silvestre), aunque el piorno es endemismo ibero-francés.
VEGETACIÓN OROSUBMEDITERRANEA | Bosque |
Sustrato calizo | • Pinares pino silvestre con piorno • Robledales de rebollo |
De ribera | Pobedas (álamos temblones), abedulares y saucedas negras |
Piso del pastizal de alta montaña o crioromediterráneo, > 2000
En zonas de Pinilla del Valle, Lozoya y San Mamés.
Esta clasificación teórica de las bandas de vegetación está sujeta a variaciones florísticas condicionadas por: la orientación, grado de humedad del suelo y la presencia de roquedos; por tanto debe tomarse como orientativa.
En la ladera de solana, la vegetación asciende respecto a la umbría. En las navas de rampa, dónde la humedad del suelo es superior a la de las laderas adyacentes, las especies caducifolias están por debajo de las esclerófilas. En altitud, la vegetación presenta analogías con la vegetación más septentrional.
Aprovechamientos Agroforestales
De la Edad Media a mediados del siglo XX.
La economía rural de los pueblos de la Sierra Norte estaba basada en los recursos forestales (leña, carbón y madera) y en los productos ganaderos, ganado ovino y caprino, fundamentalmente.
La producción agrícola era principalmente de autoconsumo (productos de huerta, cereales) con pocos excedentes (patatas, manzanas y peras) que se venden o intercambian por otros productos con pueblos de la zona o se venden en Madrid. En general es una zona con escasez de tierras aptas para cultivo y corto período vegetativo (de mayo a septiembre). Las zonas de la comarca con mayor uso agrícola han sido la campiña, y probablemente el valle alto del Lozoya, por ser un valle amplio, con mayores extensiones y dónde la Cartuja del Paular fue el motor socioeconómico durante varios siglos.
Está forma de vida originó los siguientes sistemas agroforestales de la comarca:
Sistemas | Uso tradicional |
Monte | Sin cultivar. Dehesas, monte bajo, matorrales y prados y pastos de ladera |
Tercios | Cultivados. Las tierras de secano, dedicadas al cultivo de cereal y leguminosas. Cultivo en periodos de tres años, tras el cultivo del cereal se dejaban un año en barbecho y se volvía a cultivar en el tercer año. |
Linares | Cultivados. Tierras de regadío, parcelas de cultivo de lino principalmente, y los años en los que no se cultivaba lino, se rotaba con hortalizas y cereal. Más alejadas del pueblo |
Huertas | Cultivados. Pequeñas parcelas de regadío en las inmediaciones del pueblo |
En la actualidad se mantienen algunos huertos, principalmente para autoconsumo; aunque también existen iniciativas en la zona de producción local con criterios agroecológicos que utilizan distintos canales de distribución (venta directa, grupos de consumo, servicio a restaurantes…)
En las dehesas se mantienen: el aprovechamiento de pastos, en su mayoría para ganado vacuno, el uso cinegético y el forestal, para las “suertes de leña” vecinales.
Los tercios ya no se cultivan y han pasado a ser zonas de pasto.